Pikachu va a la SER y se deja entrevistar


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Pikachu tiene una extraña costumbre, que es la de responder a las preguntas que le hace su entrevistador. El efecto generado por tan chocante hábito fue ayer lunes digno de una observación casi entomológica. Aimar Bretos, el presentador de Hora 25, lanzaba preguntas y el líder del Partido Popular aventuraba contestaciones que, aunque fuera en forma de repregunta (ahí salía a relucir su galleguidad), daban respuesta a los interrogantes planteados por su interlocutor. Casi como si ese encuentro entre dos hombres en el espacio de un estudio de radio fuera un diálogo entre adultos destinado a oídos adultos y no a los hooligans del entrevistado.

El contraste con la entrevista de Carlos Alsina a Pedro Sánchez en Más de uno sólo unas pocas horas antes fue revelador. Allí donde Alsina se tuvo que conformar con hacer un editorial con el aludido de cuerpo presente dada la casi sobrenatural capacidad de este para disociar sus acciones de las palabras que salen de su boca (una habilidad envidiable entre políticos y publicistas), Aimar Bretos tuvo el privilegio de entrevistar a un ser humano funcional capaz de responder incluso a la hipótesis de un Santiago Abascal vicepresidente tras una presunta negativa del PSOE a facilitar su investidura. 

«O sea, que descartamos la posibilidad de que al PSOE le importe que Vox entre en el Gobierno, ¿no? Pues si no le importa, no tiene ninguna legitimidad para criticarlo. Porque no sólo no le importa, es que lo facilitaría. Lo impondría. ¿O es que vamos a llegar a la ridícula conclusión de que cuando el PSOE pierde las elecciones hay que repetirlas, y cuando las gana el PP no puede pactar con nadie? Porque si llegamos a esa conclusión, entonces quiere decir que en España no puede haber una alternancia democrática». 

La respuesta podrá gustar más o menos en función de las neurosis ideológicas de cada cual, pero obsérvese el contraste con la respuesta de Sánchez a una cuestión que, por otra parte, saca él a la luz durante la entrevista con Alsina: lo atípico de la fecha escogida (por él mismo) para las elecciones generales.

Sánchez: …animo a votar, aunque sea en un día extraño…

Alsina: Lo ha elegido usted. 

Sánchez: Bueno, no lo he elegido solamente yo, fíjese…

Alsina: Sí, sí, lo eligió usted. Usted y su conciencia. 

Sánchez: Claro, pero es que ha habido tanto cinismo por parte de algunos…

Observen el mecanismo mental. Primero, Sánchez califica de «extraña» la fecha que ha escogido él mismo. Luego niega que la escogiera él e insinúa la participación de algún otro misterioso responsable. Finalmente, acaba reconociendo que sí, que fue él, pero porque otros «son muy cínicos». Se refiere Sánchez, por supuesto, a una de las fake news más populares de los últimos días. La de que Pikachu también convocó unas elecciones autonómicas en plena canícula, el 12 de julio de 2020.

[En realidad, esas elecciones se convocaron el 5 de abril, pero la epidemia de Covid obligó a posponerlas al 12 de julio. La fecha fue la misma que la escogida por el PNV para la celebración de sus propias elecciones autonómicas. Sólo que el PSE aceptó la fecha propuesta por el PNV, mientras que el PSdeG rechazó la de Pikachu por dos razones evidentes: 1) la condición de socio privilegiado del PNV y 2) la necesidad de no darle tregua al PP, ni siquiera en el contexto de una pandemia vírica].

Pikachu afinó también cuando dijo que al PSOE no le preocupa en lo más mínimo que gobierne Vox porque lo que le preocupa de verdad es que gobierne el PP. El líder popular podría haber ido incluso más allá. Porque no es que a Sánchez no le importe que gobierne Vox. Es que un gobierno con Vox es condición necesaria para su rehabilitación personal tras los malos resultados que se prevén el próximo 23 de julio. Como dijo Pikachu, «el PSOE no tiene ningún problema en que gobierne Vox, su problema es que gobierne el PP. Ellos lo tienen tan fácil como permitir que gobierne la lista más votada. Absténgase y gobierno yo; y si pasa al revés, me abstengo yo». 

Sobre los pactos (de investidura) con Vox: que los españoles juzguen con su voto. 

Sobre las aspiraciones de Pikachu: gobernar en solitario. 

Sobre la subida del salario mínimo: es lo menos malo que ha hecho Sánchez, pero quien lo ha costeado son las empresas, no el Gobierno. 

Sobre la violencia de género: una obviedad. 

Sobre la legitimidad del presidente del Gobierno: absoluta.

Sobre las elecciones: dudas sobre cómo puede afectar a la participación la fecha escogida por Sánchez. 

Tanto Pikachu como Sánchez salieron ayer vivos de sus respectivas entrevistas en campo contrario. Con una diferencia: sólo uno de ellos se dejó entrevistar. 





Fuente de la información


IMPACTRUENO